‘¡Cómo está el servicio… de señoras!’, es el único proyecto musical del cineasta manchego. Y vale la pena ‘descubrirlo’ o revisitarlo.
Muchos conocen y alaban la genialidad bien ganada del español Pedro Almodóvar como uno de los mejores cineastas del mundo.
Pero también es una de las figuras del movimiento punk y con un solo disco, un momento breve pero que ha traspasado el paso del tiempo.
Y que vale la pena traerlo al presente.
“¡Cómo está el servicio… de señoras!”, su único disco, surgió en su etapa “experimental” como cineasta -llamada así por los analistas y críticos de cine-, y gestado entre su primer filme “Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón” (1980) y el segundo, “Laberinto de pasiones” (1982).
“Con el disco esperamos llegar a los más bajos fondos de las listas de éxitos, porque nosotros estamos de acuerdo con nuestros enemigos en que merecemos lo peor”, relata Pedro Almodóvar en el libro de 44 páginas que acompaña la edición especial de “¡Cómo está el servicio… de señoras!”, el disco en el que se hizo acompañar del cantante y artista Fabio McNamara.
Pero grabarlo nunca fue una meta ni objetivo. La historia del disco y el dueto es como de una película del manchego.
La dupla eran amigos íntimos. Y fue, según relata Fabio en el libro, justo antes de que el director manchego y ganador al Oscar filmara su segunda película, “Laberinto de pasiones” (1982) protagonizada por la argentina Cecilia Roth -una de sus “Chicas Almodóvar”-, que surgió la idea de escribir canciones.
“Pedro necesitaba dos canciones para la película y me dijo ‘Vamos a hacerlas nosotros, Fabio’”, relata McNamara.
De ahí nacieron los temas “Suck it to Me” y “Gran Ganga”, como un juego y guiño a lugares y personajes familiares de la “Movida Madrileña”, surgido a finales de la década de los 70 y principios de los 80 como transición luego de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975.
Grabaron las canciones y de ahí no pasaría a más porque, en la escena del club donde se cantarían, no se suponía que Pedro apareciera.
Saldría Fabio y el Popotxo de la Orquesta Mondragón haciendo playback.
Pero el Popotxo no llegó porque el cantante de la Orquesta se lo prohibió. Pedro ni lento ni perezoso, y con el tiempo encima, le dio instrucciones a su hermano Agustín que fuera a la casa de su hermana y que le pidiera la chaqueta de su marido.
“El cuñado de Pedro era guardia civil y parte del uniforme era como una especie de trenca de cuero, así que Pedro lo que hizo fue ponérsela, con las medias de red, unos tacones que no le cabían y con los que casi no podían ni moverse. También le pidió unos pendientes a Cecilia Roth que rodaba ese día. Se grabó la escena con Pedro y conmigo, y de aquí surgió el grupo musical Almodóvar y McNamara”, cuenta Fabio.
Aún no se llamaban así. En junio de 1982 antes del estreno del filme, se presentaron como Black Kiss Dolls, en una fiesta de la revista Rock Spezial, luego se bautizaron como The Ridiculous Black Dolls.
Fue entonces cuando surgió la idea de hacer un disco.
“Era como reflejar en las canciones lo que estábamos viviendo”, enfatiza McNamara que relata que la grabación del disco fue muy espontánea, muy punk.
Así nació Almodóvar & McNamara.
La portada
Como una premonición de lo que serían los próximos filmes de Almodóvar, la portada de “¡Cómo está el servicio…”, es digna de colección.
“La idea de la portada fue de Pedro. Quedamos un día en el servicio de una discoteca (o de un hotel, no me acuerdo) y llamó a no sé cuantas tías: la May, su hermana Celia, Cecilia Roth, Marisa Paredes, Eva Lyberten, incluso sale travestido Will More, un divino de la época del circuito de Iván Zulueta. La foto quedó como muy rock and roll, donde nosotros éramos tíos con tacones y pelucas, pero sin ir en ningún momento de travestis cutres, rodeados de mujeres. Era muy rollo Wayne County o New York Dolls. No era travestismo, como Divine -éramos – como siempre ha dicho Pedro- pospunk. Porque la actitud era como del propio punk”, agrega McNamara.
La aventura musical Almodóvar & McNamara duró dos años con conciertos en España llenos de locuras y situaciones, como se plasma en las fotografías que se comparten en el libro de la edición especial.
Nunca se disolvió porque nunca se formó realmente, como comparte en su testimonio inmortalizado en el libro de la edición especial Bernardo Bonezzi (1964-2012).
Pero esos momentos de locura, creatividad, excesos y espíritus libres, están plasmados en el disco, que vive gracias a una edición especial a la venta en España -que incluye un vinilo rosa, dos discos compactos, un DVD -con las actuaciones en Rock-Ola el 7 de enero de 1983 y del 31 de diciembre del mismo año- y el libro de 44 páginas que incluye los testimonios de los creadores, fotografías y cancionero.
“¡Cómo está el servicio… de señoras!”, también se puede escuchar, compartir y apreciar en Spotify.