“Con el lenguaje de la danza hay una emoción que sobrepasa los sentidos”. Describía en entrevista, Eduardo Vilaró, director del Ballet Hispánico, lo que se logra con la pieza “Doña Perón”, basada en la vida de la ex primera dama argentina Eva Perón (1919-1952).
Creada por la coreógrafa de origen colombiano Anabelle López-Ochoa, tuvo su estreno en Chicago en el Auditorium Theatre el 26 de marzo (una función extra el 27).
Lo que el público presenció en su noche estreno sobrepasó lo descrito por Vilaró: Doña Perón atrapa, fascina, con el mismo poder que tuvo Eva Perón para llegarle a la gente, desde la radio o desde el podio político, gracias a ese amor del pueblo, de sus “descamisados”.
Lo que hace de “Doña Perón”, más que un homenaje a la vida de Eva, es la visión de López-Ochoa. Ese detalle a contar en 10 movimientos, los momentos clave de Eva, de Perón, de la Argentina en su tiempo.
Es el tratamiento que le da López-Ocha con los elementos con los que cuenta lo que hace de los 10 movimientos— “El ícono”; “La ascensión”, “Su mundo militar (de Perón)”; “El mundo de Evita en la radio”; “Construyendo la imagen de Perón”, “Los descamisados- Perón es dejado en libertad;” “Los oligarcas rechazan a Eva: “El momento final”; “El legado”— toda una narrativa visual, emocional e histórica y que quedará como referente de cómo contar las cosas, las historias femeninas, con todas sus contradicciones, sin caer en la romantización, ridiculización, o exageración.
El trabajo de cada integrante de la compañía es, magnífico. Pasan de ser los oligarcas, a los militares, al pueblo, a los descamisados, todos danzando al ritmo de la historia y los pasos de Eva.
Los pasajes de la vida de Eva Duarte están tan presentes, tan palpables como los dolores que la consumían, tanto los emocionales como los físicos.
Desde el abandono paternal por ser hija «natural» o de la casa chica de un señor ya casado (los bígamos), de hacer uso de sus encantos femeninos para conquistar amores y usarlos, de crear su voz en la radio, instrumento en su época tan poderoso, de ser vista como «menos» por la «sociedad» argentina, hasta su final, a la fatídica edad de Cristo: los 33, a causa de un cáncer de cuello uterino.
Y también cuenta cómo encontró en Juan Domingo Perón, un hombre que le doblaba la edad en el momento que se conocieron y era viudo, a su igual, a su pareja que no le importó para nada su pasado o lo que se decía de ella. Sin ser la suya una historia romántica, sí es una historia de cómo el amor, la pasión, el poder, se dan a veces entre seres que no creen que tienen nada en común pero que se reconocen.
Pero sobre todo, es una representación de cómo una mujer que fue auténtica logró conectar como nadie, con en el pueblo argentino. Y cómo ese pueblo, hasta hoy, la ha hecho ícono y leyenda de esas que no se inventan. Son.
Los íconos viven, sienten y persisten. No se inventan o se autonombran. No van por la vida queriendo ser “alguien”. Son sin ser copias. Y eso también hace que la pieza de “Doña Perón” sea ya, todo un icono de la danza.
Se preguntarán, entonces, ¿por qué entrevistaste a Eduardo Vilaró y no a Anabelle López-Ochoa, para que te platicara más y te diera más la perspectiva femenina?
Con Eduardo he charlado desde hace casi 20 años. Sé parte de la historia de su trabajo dancístico desde que creó la compañía Luna Negra Dance Theater en Chicago y necesitaba continuar en esa conversación de qué más podemos hacer cada uno desde su lugar, desde su origen cultural y de género, para continuar aportando a las conversaciones y representaciones que ayuden a dejar a un lado las apropiaciones culturales.
También, se tiene que destacar/ mencionar, para ser congruentes que la protagonista es una bailarina afrolatina (brasileña), aunque Eva no era afrolatina (porque no falta quien lo diga y también vale decirlo).
El trabajo de la bailarina brasileña Dandara Vega es tan magnífico en transmitir que Eva Perón es un icono femenino y latino. Y su imagen le da vuelta a las raíces de Eva sin el pelo teñido de rubio (algo impuesto por la moda, más en esa época) y a la moda europea para hacerla más de raíz. Tampoco la pieza fue creada por argentinos pero esto va y ve más allá: La Eva Perón de «Doña Perón», respeta el origen de Eva, su nacionalidad, la representa. Su feminidad, la cuenta una perspectiva latina y femenina.
Y esta visión de Eva Perón refleja parte del mosaico de la identidad latina de Estados Unidos.
Recomendable
Para entender más o tener otra visión con perspectiva femenina de la vida de Eva Perón y su relación con Juan Domingo Perón, vale ver la película “Juan y Eva” (2011) de la directora argentina Paula de Luque.
Se puede ver gratis en YouTube. (De nada).