Con todo tan «a la mano», ya no es tan atractivo.
En 2013, escribí este artículo, en el que como mexicana radicada en EE.UU., hablaba de cómo la nostalgia era un negocio redondo para las empresas mexicanas.
La nostalgia es un negocio redondo y muy lucrativo. Y tú, querido compatriota mexicano que como yo, radicas en EE.UU., eres el detonante.
Añoras el sabor de tu comida. Tus recuerdos evocan ciertos productos que consumías cuando radicabas en México.
En general, los asocias con momentos felices. Los productos te pueden transportar a tu lugar de origen porque al verlos, olerlos o comerlos, te llevan a “tu pedacito de México”.
Suena idílico. Casi de ensueño.
La realidad es más cruel.
Tu nostalgia genera millones a las empresas mexicanas que han encontrado en ella, una manera de ganar dinero en EE.UU.
Compruébalo en la lista de las empresas mexicanas más exitosas en EEUU.
No importa que no envíes remesas a México. Al consumir productos mexicanos contribuyes a la economía de México y eres un negocio muy rentable tanto para México como en EE.UU.
Emocionalmente, te puedes sentir “en el limbo”, que no eres ni de aquí ni de allá. Pero contribuyes a la economía de ambos países.
Lo más paradójico de este asunto, es que desde acá contribuyes más que si te hubieras quedado en México. Y cada día, más empresas mexicanas se suman a la tendencia de exportar mercancías hacia EE.UU.
Alimentos, bebidas, productos de limpieza, de higiene personal, farmaceúticos. Cada vez es más común encontrar en Chicago pasillos enteros en tiendas y farmacias con productos mexicanos.
Mantienes una relación excelente con México y a distancia, es mejor. Es un toma y daca donde el “daca” tiene más peso. México gana tu dinero; tú, saciar tu nostalgia y, si los productos (como es en algunos casos) son más baratos que sus similares en EE.UU., te ahorras dinero, aunque al final, pierdes.
Haz tu propia conclusión de quién sale ganando tomando en cuenta que tuviste que abandonar México por razones económicas y falta de oportunidades. Eres, migrante, lo mejor que le pudo pasar a México y a EE.UU.
Eres el eslabón más débil, la presa más fácil.
El migrante y las primeras generaciones de mexicanos en EE.UU., son el negocio más redituable de México, el más redondo, porque no se han “americanizado” totalmente.
Consumes programación (telenovelas, series, partidos de fútbol) que a la vez, generan rátings, que son vendidos en tiempo comercial a empresas que fabrican productos que consumes.
Cuando tu nostalgia no la sacian los productos, viajarás a México, principalmente en las fiestas decembrinas y tu boleto te costará más que si viajaras a Europa.
Tu sentimentalismo ha contribuido al crecimiento y consolidación en EE.UU. de aerolíneas, televisoras, figuras, equipos de fútbol. Eres el consumidor más fiel, el más incondicional.
Mientras en México muchos miran hacia el norte en cuestión de productos, figuras, estilo de vida, tú aún tienes tu mente y corazón en el sur.
Esto no es una crítica. Es un análisis. Una invitación a que te hagas valer como consumidor mexicano en EE.UU., no latino, porque también contribuyes a la ganancia en EE.UU. cuando te encasillan como “latino”.
Si se quita a los mexicanos de esa categoría, tampoco ese mercado vale mucho. Para muestra, los resultados del Censo de EE.UU. de 2010.
Deja ya de cambiar tu oro por espejitos. Deja a un lado el complejo de inferioridad y no necesites marcas para darte valor. Ya lo tienes. Hazlo valer.
Cada vez que viajes, que tomes una cerveza, que comas algo con el sello “Hecho en México”, piensa en tu contribución al país que no te dio oportunidades y al que sigues contribuyendo.
Felicidades, eres un consumidor ejemplar. En México y en EE.UU.
O más bien, somos consumidores ejemplares. Me tengo que incluir. No he me quitado el mal hábito de ver aunque sea una telenovela (es como lo que aquí llaman los norteamericanos, un “guilty pleasure”), merendaré mi pan tostado y haré planes, para retornar a México, cuando me alcance para ir de vacaciones, aunque los pasajes estén por los cielos, porque muchos de mis quereres siguen por allá.
Mi nostalgia también me hace consumidor ejemplar y parte de esta cadena lucrativa.
(Viva México).
Más sin embargo, una década después, quizá porque ya tengo más años radicando en EE.UU., pienso que que la saturación de productos y contenido ha llegado al límite. Es decir, ya está todo tan a la mano, en todos lados, que como buenos seres humanos, nos estamos empezando a desencantar de vernos en todos lados.
Ahora, lo que se busca es algo que nos identifique como mexicanos que radican en EE.UU. con una identidad de aquí, que hable y reconozca la historia de la comunidad chicana, sus luchas, de la comunidad mexicoamericana o mexicoestadounidense, que lleva la bandera de aquí, que es norteamericana por nacimiento o naturalización, no niega su origen mexicano, pero que no planea regresar a México y que si siguen saturándola de cosas, le harán perder el encanto cuando ya no haya a quién ir a ver en la sí, es verdadera madre patria, México pero que opta por hacer de EE.UU. su #SoMexicanUSA.