Alex Fernández actualmente está promocionando el sencillo “Buscando el olvido”. | CORTESÍA
Orgulloso y con un gran sentido de responsabilidad, es como se siente Alex Fernández por ser parte de una de las dinastías de la música mexicana con más peso en el género ranchero.
“Me toca seguir con este legado que han dejado mi abuelo (Vicente Fernández) y mi papá (Alejandro Fernández), aunque en lo personal, siempre me enfoco en lo mío”, contó en entrevista.
Como buen mexicano y como buen Fernández —que nadie puede como dice el dicho, negar la cruz de su parroquia— Alex ama el género del mariachi.
“Me dediqué a este género no para seguir esta dinastía, sino porque es mi género favorito. He hecho todo basado en lo que me gusta o lo quiero hacer no si mi abuelo o mi papá lo hicieron. No quiero demeritar nada en absoluto, he hecho todo basándome en mí”, aclaró.
Fue en 2018 que fue precisamente su “Tata Chente”—y quien actualmente continúa hospitalizado en Guadalajara, Jalisco (México) recuperándose luego de sufrir una caída en su rancho “Los tres potrillos” y que le ocasionó una lesión en las cervicales— quien lanzó a Alex como cantante.
Al año siguiente (2019) lanzó su primer disco “Sigue la dinastía”, producido por su “El Charro de Huentitán”, del cual el primer sencillo fue “Te amaré”. En su segundo sencillo “Lo que haría”, “El Potrillito” le rindió tributo a su abuelo.
En su segundo disco, Alex se propuso dejar la base del mariachi tradicional, pero diversificar los sonidos. El disco es producido por Edén Muñoz de Calibre 50, por lo que este material tiene ese toque sierreño y norteño muy característico de Edén, tal como lo denota el sencillo “Buscando el olvido”.
“Hicimos una fusión de mariachi con instrumentos como la tuba y el acordeón. Quedó una mezcla de sonidos padrísima y muy moderna. Es una canción de desamor pero divertida, muy para la fiesta”, describió.
Esto muestra que Alex busca explorar sonidos y géneros distintos en cada material, que tenga su identidad, pero sin salirse de la “burbuja” del mariachi.
“Busco no solo hacer lo que me gusta, sino que cada disco sea diferente. Es como (por ejemplo) las películas de Guillermo del Toro, todas son diferentes pero tienen su toque. (En este caso) cada productor le dará su toque. Edén le da a este material su toque sierreño. El primer disco fue dirección y producción de mi abuelo y es un disco clásico tradicional y elegante”, explicó.
Esto no quiere decir que Alex se vaya a salir del redil del mariachi. Todo lo contrario. Solo busca diversificarse y explorar qué puede hacer desde su camino.
“Quiero ir jugando dentro de lo mexicano sin salirme de la burbuja; como he dicho desde el principio de mi carrera, quiero revolucionar y refrescar el mariachi”.
Esto le permite también llegar a su generación y a las de más jóvenes. En un momento donde la música de mariachi está de nuevo siendo tendencia pero no por ello ha dejado nunca de ser tradición, le parece relevante.
“Cada quien tiene sus gustos. A mí, que el género vaya creciendo y que ahora sea tendencia, me hace muy feliz. Queremos llevar a México y a su música a lo más alto, pero respetamos los otros géneros”.
Él, dijo, escucha de todo tipo de música y le gusta tanto el pop como el reggaetón, pero su amor es el mariachi. “Tampoco hay que demeritar a los otros géneros, pero siempre me da gusto cuando sale nueva gente que quiere incursionar en este género”.
Y seguir con la herencia familiar. Ahora, a Alex le toca acompañar a su papá en su gira “Hecho en México”, en su fase por EE.UU. misma que comenzó el 11 de septiembre en Sacramento, California. En Chicago se presentarán el 26 de septiembre en el Allstate Arena, el mismo recinto en el que parte de la historia de su abuelo y su papá, se ha escrito con sendas presentaciones.
Chicago es parte de la historia de los Fernández. Esta es la primera ciudad de EE.UU. en la que Vicente Fernández se presentó y donde en 2012, en su último concierto en la ciudad luego de su retiro de los escenarios, fuera homenajeado en el barrio de La Villita con un tramo de 26th St. que lleva su nombre y también en esta ciudad, en ese mismo año, fue operado por médicos de la Universidad de Chicago para extirpar un tumor en el hígado.
También, Alex comenzó aquí su historia en 2019, presentándose en el mismo barrio, en la Plaza Garibaldi, a pocas millas de distancia de donde se encuentra el tramo de la calle 26 que lleva el nombre de su Tata. De ahí que venir a Chicago sea como reunirse con su familia mexicana de estos lares.
“Le tenemos mucho cariño a la gente que nos ha apoyado en Chicago y en EE.UU. Se siente bonito. Mucha gente que está en EE.UU. extraña México y (el concierto) es como un momento de juntarnos otra vez, como la fiesta mexicana que no tienen todos los días”, recalcó.
Una fiesta mexicana que en tiempos de pandemia, requiere también cuidados. Como el mismo Alex lo enfatizó, ya que lo tiene presente en cada fase que está dando en su carrera al lanzar sencillos y en sus presentaciones venideras. “Tenemos que tener en cuenta que el COVID sigue en pie”.
Y por su parte, también continúa con el legado familiar. A mediados de mes hizo público en sus redes sociales que pronto será papá junto a su esposa y compañera Alexia Hernández, bebé que será el segundo nieto de “El Potrillo” —su hija Camila lo hizo abuelo con el nacimiento de su primogénita, Cayetana— y un bisnieto más para Don Chente. La dinastía Fernández sigue.
Para más información y boletos de la gira “Hecho en México” de Alejandro Fernández, visita alejandrofernandez.com/tour.
Entrevista originalmente publicada en La Voz Chicago, publicación en español del Chicago Sun-Times.