Somos.’: la historia detrás de una masacre tan dolorosa, que debe ser contada

¿Cómo hacer para abordar una tragedia real como contenido de ficción sin faltarle el respeto a los que perdieron la vida y a sus familias?

Con mucho tacto y respeto, evitando así caer en el sensacionalismo o una victimización que raye en el amarillismo; basándose en un trabajo periodístico que integra tanto las labores propias del oficio del reportaje y las voces de los que supieron o los que sobrevivieron.

Y respaldándose con un equipo cuya misión era contar las cosas con claridad.

Eso es lo que es “Somos.”, serie de ficción basada en el reportaje que la periodista Ginger Thompson escribió sobre la masacre real ocurrida en Allende, Coahuila, titulado “Anatomía de una masacre”, publicado el 12 de junio de 2017 por ProPublica y National Geographic.

Narra los sucesos ocurridos en marzo de 2011 en Allende, Coahuila (México), pueblo ganadero, ubicado a 40 minutos (en auto) de la frontera con Texas, que fue atacado por sicarios del cártel de los Zetas en respuesta a una operación fallida de la DEA. Se demolieron casas y negocios. Se secuestró y mató a docenas de personas: hombres, mujeres y niños. 

“Somos.”, fue creada y producida por James Schamus (guionista, productor, director que ha trabajado principalmente con Ang Lee) escrita por él en equipo con las mexicanas Monika Revilla y Fernanda Melchor.

 Esta es la primera vez que se aborda el tema en una plataforma. También, es la primera vez que se aborda la violencia del narco desde la perspectiva de las víctimas/personas.

“La paradoja es que a pesar de ser una historia tan dolorosa, también hubo mucha alegría al hacerla. Hay vida, hay esperanza. Le abre la puerta a la gente que no ves en la televisión”, dijo Schamus en entrevista para este sitio. 

Cuando leyó el reportaje de Thompson, Schamus quedó impactado tanto por la complejidad de la historia como por el hecho que no se supiera mucho de la tragedia. Se planteó presentarla con una narrativa desde la perspectiva de las víctimas/personas.

“Darle forma y dejar que sus voces sean lo principal para que se vea el reportaje. Cuando comenzamos, era presentar a los personajes, a esa gente. Amamos sus historias. Eso nos mantuvo en curso. Hay conexiones entre ellos. Eso pasa mucho en los pueblos pequeños, todos se conocen”, agregó. 

Necesariamente cotidiano 

Una historia coral que incluye no solo las voces, sino la perspectiva de sus protagonistas, tiene diferentes vertientes y universos. Están desde la historia de la familia Linares, encabezada por un patriarca de la vieja escuela, de esos hombres cabales que se “hicieron solos”, pero cuya autoridad se enfrenta a un hijo rebelde y su hermandad  con su fiel capataz. 

Jesús Herrera es Armando en «Somos.». RICARDO JARDON/NETFLIX © 2021
Jesús Sida es Paquito en «Somos.». RICARDO JARDON/NETFLIX © 2021
RICARDO JARDON/NETFLIX © 2021
Mercedes Hernández es Doña Chayo en «Somos.». RICARDO JARDON/NETFLIX © 2021

También está la historia de Doña Chayo, una mujer  sola que parece recia y fría que ha sacado adelante a su hija y que será capaz de hacer lo que puede por proteger a su yerno Paquito, que no parece primero caerle en gracia, hasta los de unos adolescentes que se enfrentan a los dilemas de la edad e identidad, o hasta la historia de una joven centroamericana que es hecha prisionera y que debe trabajar en un burdel. 

Más que víctimas, personas

“Por respeto a quienes realmente vivieron los hechos reales, decidimos desde el principio que, si bien usaríamos elementos y anécdotas extraídos de testimonios reales, crearíamos nuestros personajes desde cero; ningún personaje de la serie se basa en una sola persona real, pero todos se basan en la realidad común y compartida en Allende”, comparte Fernanda Melchor en la introducción-explicación de la serie.

Sin embargo, la manera en que se abordan sus historias en “Somos.”, te hacen como espectador, que los sientas como tus conocidos. Y verlos más que como víctimas, que triste y realmente, lo fueron pero primero, fueron y son personas. 

“Una de las metas era rehusarse a usar la etiqueta de víctima. Era verlos como personas con su vida”, agregó Schamus.

Por ello, cuando se estableció la sala de escritores e iban trabajando en la narrativa y las historias de cada uno, deliberadamente, no reveló al equipo lo que sucedía en el capítulo final.

“No quería que supieran que les pasaba a los personajes”, dijo de sus motivos. “Quería que se enamoraran de ellos sin saber que pasaría. Eso era importante”. Así, de alguna forma, la historia se tejía de una manera natural, basándose en las vidas, sueños y esperanzas de esas personas.

Más no por ello, para Schamus dejó de ser doloroso abordar el final. “Era repetir la violencia”, puntualizó. Una tarea nada fácil.

En este espacio o camino de la ficción y del entretenimiento, se pueden (y deben) crear contenidos que permitan contar historias como esta.

“Soy un artista. Mi trabajo es entretener, pero también mostrar. Hay espacio en el entretenimiento que permite explorar [este tipo de historias] y crear contenidos. Así,  la próxima vez que alguien vea un titular de una noticia como esta, piense más en la gente”.

Los vestigios y heridas de ‘Somos.’

Es precisamente esa cercanía, esa cotidianeidad, eso de ver personas y no personajes, lo que cala y duele de “Somos.” y al mismo tiempo, lo que lo hace un testimonio que no puede ignorarse y ante el cual no hay que apagar la televisión ni darle en la pantalla a la opción de “siguiente” en la barra de contenidos.

Como espectador, en esos seis capítulos, cada persona que se presenta en la trama, te lleva a su vida, a su rutina. A sentir que le conoces por el simple hecho de ver cómo enfrenta su vida, sus convicciones, decisiones y hasta su final, si lo hay.

Es imposible no conmoverse, no sentir esa pérdida y dolores como propios. Porque, encuentras que es la pérdida de esa inocencia y belleza que tenían los pueblos, ranchos, barrios y comunidades antes de conflictos como la guerra contra el narco que comenzó en México, durante el sexenio del presidente Felipe Calderón (2006-2012).

Y en este caso, es “ese México que se nos fue”, pero que sigue en nosotros. Ese México de comunidad, de cotidianeidad, de gente, en el que todos “Somos.”

La responsabilidad de contar esta tragedia no puede pasarse por alto. Eso lo sabe Schamus. 

“Cuando abordas un tema como este, tienes una responsabilidad. No se trata de ‘hacerlo bien’. Porque no existe tal cosa. Tu responsabilidad [como creador] es escuchar las discusiones y las reacciones y no olvidar el proceso de conexión de humano a humano. Espero que ‘Somos.’, transmita eso”.

“Somos.”, disponible en Netflix desde el 30 de junio. 

Artículo también disponible en La Voz Chicago, sección en español del Chicago Sun-Times.

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